La Creatividad al servicio de la Tecnología
La creatividad y el diseño gráfico en la Web ha de estar al servicio de la funcionalidad sin renunciar (si lo hace perdería su sentido de llamarse como se llama) a la indagación de nuevos caminos que nos hablen de las múltiples maneras, formales y conceptuales, de «contar las cosas». La creatividad en Internet, más que en ningún otro ámbito, requiere un riesgo.
Pero no debemos olvidar que son los usuarios, y no los diseñadores ni los desarrolladores, los que determinan cuando un servicio es eficaz y por lo tanto, cumple su función.
En esta última década, la Web se ha visto sometido a un severo enfoque por la llegada masiva de nuevos usuarios. Y el usuario inexperto se encuentra ante el reto de aprender o morir. ¿Que tienen qué aportar el diseño gráfico y la creatividad unidos en este “mare magnum” de innovaciones tecnológicas?
En los últimos años, nos hemos visto obligados a investigar las claves sobre las que articular una estructura, un orden, prioridades para acceder a la información en la web, diseñar modelos de navegación, todo ello con el fin de hacerlo sencillo y facilitar la visita a la página. El diseño orientado al usuario, cargado de creatividad y por supuesto de sentido, proporciona mayor calidad en el uso, y los hace más competitivos en un mercado que demanda productos de fácil utilización.
Construir una Web que responda a todas estas preferencias y necesidades que presenta el usuario es un punto fundamental para tener éxito en este tipo de productos. La denominada “usabilidad” o capacidad para hacer uso de la tecnología de manera sencilla y navegar por las páginas, es una de las preocupaciones, que en mi opinión, debemos tener en todo momento presente.
En la construcción de una web, para nosotros, los creadores, un desafío continuo, sigue siendo disponer el escenario adecuado para acoger toda esta información y a la vez simplificar (facilitar) la recepción y el acceso a la -cada vez mayor- cantidad de información. Esto conlleva tomar un gran número de decisiones, para aplacar la necesidad del orden y optimizar la usabilidad. Posibilitar una cómoda la navegación en un «portal» reduce la posibilidad de que la frustración incite al usuario a emigrar a la competencia.
Para ello, entre otras, es imprescindible conocer el comportamiento exacto de los usuarios ante el monitor. Esto es de gran importancia para la confección de una web. El gran número de estudios realizados al respecto, cuando menos, invitan a reflexionar, especialmente a los creadores-desarrolladores de websites, que debemos conocer con rigor cómo se comporta el usuario en la red, qué elementos les ayudan a orientarse y cuales son las percepciones que se captan en un contacto inicial con la web.
Las armas con las cuenta el creativo para buscar las fórmulas adecuadas, son el resultado de un conjunto multidisciplinar de técnicas orientadas a identificar las necesidades, exigencias y preferencias, aparentes y ocultas, conscientes e inconscientes de los usuarios. «Imaginar y actuar», ponerse en lugar del usuario, pensando, actuando y comportándose como él lo haría en su escenario de trabajo de una forma comprensible y creíble. Diagramas de afinidad, categorizaciones de preferencias, tests de usabilidad, etc.
Todos estos datos nos permiten “idear” de forma más completa el proyecto: se investigan ideas, se representan y sobre todo aprovechando las sinergias de compartirlas y debatirlas en grupo, se desarrollan prototipos, se evalúan y se redefinen, hasta llegar al producto final.
Todo este proceso nos obliga a menudo a realizar “sacrificios” en el diseño. Cada elemento que se añade al portal está afectando en gran medida a la complejidad y estabilidad del mismo. Igualmente siempre hay consideraciones de marketing que afectan al aspecto formal del producto y que pueden condicionar, en un determinado momento, un rediseño a mayor o menor escala.
Hoy por hoy, en el aspecto gráfico, estamos buscando un acercamiento entre las interfaces para aplicaciones de PC y las interfaces contemporáneas de la web, en busca de la simplicidad. El entusiasmo con el que hasta entonces se ha abordado el diseño de las páginas web está decreciendo en función de las exigencias del mercado y parece dejar paso a términos como practicidad, eficacia, utilidad y rapidez, especialmente en productos que abarcan grandes cantidades de contenidos y servicios. Por esta razón, tratamos de usar lo mejor de la tecnología y trabajar en la frontera de las posibilidades.
En esta línea optamos por subir al carro de un nuevo progreso. Aquel en el que continuamente nos cuestionemos las formas de utilizar el diseño y la creatividad en función de los intereses cambiantes de una sociedad que cada vez se mueve más rápido. Teniendo en cuenta que el diseño gráfico es un instrumento realmente útil para el mercado y la economía (las formas siempre nos hablan de las ideas), a los que nos dedicamos a esto de la creatividad en Internet cada día nos queda más por hacer y por supuesto mucho por aprender.